Cómo perdimos el paraiso


En primer lugar, hay que decir que, el paraíso era necesario perderle. Es una necesidad evolutiva de primer orden. El cómo se lleva a cabo es, densificando nuestros cuerpos o vehículos de manifestación hasta los planos de dualidad, para así amputar una parte. O que una parte se comiese a la otra, como así se simbolizó.

Efectivamente un árbol no tiene conocimiento ... al menos del bien y del mal, quienes tienen conocimiento del bien y el mal es el ser humano, es lo que lo caracteriza en nuestra manifestación, en este plano, del resto de vida animal.

Si miramos un árbol en su conjunto: raíces, tronco y copa, es lo mas parecido a un toroide, y su evolución energética son toroidales. Podemos decir de un árbol que, es quien mejor recrea y simboliza el toroide, que es la base primigenia de la creación y de todo ser vivo, desde un átomo hasta una galaxia, y del universo en su totalidad.

Cuando la Biblia dice que Eva le dio de comer a Adan del árbol del conocimiento del bien y del mal, en realidad era de su árbol, de su toroide. Y Eva no le dio a comer a Adan, sino que Adan se lo arrebató, se comió a Eva. Se comió los frutos de Eva, las cualidades del principio femenino, anulándola de ese modo. La manzana, si las partimos por la mitad, es una de las frutas que mejor refleja las forma y movimientos energéticos del toroide.

A continuación de comerse Adan a Eva, nos cuenta Génesis, que esta queda subyugada a Adan, el principio femenino queda subyugado al masculino, y así perdemos o somos expulsados del paraíso. Si de ese modo se perdió el paraíso, la forma de restablecerlo, lógica y simplemente es restableciendo el protagonismo y el derecho de la mujer plenamente. Y esa es la propuesta y expectativa que a continuación nos anuncia Génesis: Vendrá alguien, un mesías, cuya misión fundamental será restablecer ese equilibrio. Y esto se resume en un ritual de poder, donde se hace entrega, se restablece el reinado de la mujer en la Tierra y en los planos astrales. Pero ese ritual es posible si ese mesías es la representación conjunta del principio femenino y masculino. Por tanto, el mesías, necesariamente debe ser un hombre y una mujer, en conjunto. Este ritual lo señala Génesis del siguiente modo: Génesis 3:15: -Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. "Él te magullará en la cabeza (cuando) tú le magulles en el talón” -. Esta profecía o ritual para restablecer el principio femenino, ocurre cuando María Magdalena se sitúa debajo de Jesús en la cruz, tocando, presentando, “acechando y magullando” con su cabeza la planta de los pies de Jesús, y este le “magulla” la cabeza.

Recordemos que Jesús está en la cruz como rey judío, es lo que reza en la tablilla que hay encima de él. Un rey judío es la máxima representación del patriarcado en el mundo en esa época, y él, viendo que eran sus últimos momentos de vida, cede, delega, abdica en María Magdalena. Es la corona bajo de la cruz. María Magdalena es coronada reina en primer grado (ahora, desde el verano del 2017 lo es en segundo grado). Desde ese momento empieza a ejercer de reina. Una primera fase de purificación de dos mil años, donde ella aporta o materializa todos los elementos sistémicos para nuestra purificación, resumidos en los cuatro caballos del Apocalipsis (No los cuatro jinetes. Los jinetes somos nosotros). Caballo representa o simboliza un vehículo. Vehículos sistémicos a los que nos hemos venido "subiendo" para manifestar nuestras condición más profunda y así permitir nuestra purificación. La ciencia y espiritualidad es el caballo blanco, las religiones el caballo rojo, la economía el caballo negro, y la política y lo militar el caballo pálido o bayo (color de camuflaje, prefiero llamarle). Siempre hemos venido encarnando uno u otro papel, para materializar nuestras condiciones más profundas y permitir la limpieza y purificación de nuestro yo supremo ante nuestro inminente despertar.

Los apóstoles y posteriores seguidores de Jesús apartaron a María Magdalena de sus funciones de liderazgo, por cuanto era necesario para esta etapa que continuase el patriarcado en el plano físico. No por eso la traición es justificada. Pero ella ha estado entre nosotros, no solo proporcionando, sosteniendo este sistema de purificación, sino acompañándonos, sufriendo también en carne propia las vicisitudes de estos sistemas, e infundiéndonos coraje y animo en todo este proceso. Ella, a lo largo de estos dos mil últimos años ha venido encarnando en personajes de singular valor y fuerza, como Juana de Arco, Agustina de Aragón, etc. no solo sufriendo con nosotros nuestros propios karmas, sino siendo ejemplo de coraje y ánimo para superar tan difíciles pruebas.

Las madres son las que están siempre mas cerca de sus hijos, en las alegrías y en las penalidades, y siempre quieren lo mejor para ellos. Para una madre que de verdad ama a sus hijos, cualquier sacrificio conjunto es válido si es por proporcionar un bien superior, para nuestra Madre Reina ese bien es lo Supremo. Despertar a nuestra realidad suprema.

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