Nuestra Madre Reina


Es importante entender cómo funciona una reina del cielo, cuales son sus cualidades y forma de proceder en el espíritu, para poder obtener el mejor beneficio espiritual posible, que nos pueda reportar su influencia o presencia. Hasta la fecha no se tiene conocimiento, ni hay literatura al respecto, conocemos las enseñanzas y tradiciones espirituales que nos han legado las almas mas avanzadas que han pasado por este planeta, o se encuentran aquí en la actualidad, pero todo ha sido desde una perceptiva masculina, del principio masculino del espíritu. El cómo funciona el principio femenino, apenas si hay información, y esta, ahora, es crucial para entender el proceso en el que nos vamos a ver inmersos, en esta nueva etapa que recién se inaugura de despertar espiritual. Donde el protagonismo lo va a tomar la mujer, en plenamente participación, pero en equilibrio con el principio masculino, y va a permitir traer el cielo a la tierra, restablecer el paraíso perdido con el patriarcado en este tramo final de nuestro proceso evolutivo, con el propósito último de despertar la humanidad a la conciencia en si y trascender a su divinidad.

Esta imagen del encabezamiento, viene a representar una de las cualidades o funciones que han distinguido a las reinas del cielo desde nuestras primeras etapas en nuestra evolución. Es su función procreadora. Esas protuberancias que se extienden por todo su cuerpo, no son pechos, como algunos pretenden achacar, son a modo de huevos con sus larvas, como en una colmena de abejas. En una colmena, la reina madre es la que provee de vida, de miembros a toda la comunidad. Es reina precisamente por tener esas cualidades especiales de ser madre de toda la comunidad, que proporciona los cuerpos de manifestación que necesitan todos. En nuestro caso, en los humanos, nuestra manifestación física está compuesta por tres vehículos fundamentales, el cuerpo físico, el astral o emocional y el mental. El mental es el que precisamente nos caracteriza o diferencia como humanos del resto de seres encarnados.

Cuando nacemos a la vida física, se construyen esos tres cuerpos, el físico, el emocional, y el mental inferior (a diferencia del cuerpo mental superior o causal, osea nuestra alma que es permanente y registra toda nuestra evolución) a nuestra muerte física estos tres cuerpos inferiores se desintegran y desaparecen, de modo que cada vez que nacemos a la vida física se han de crear esos tres cuerpos.

En el plano físico se construye y da a luz el cuerpo físico, por una mujer que puede gestar y dar a luz un número determinado de cuerpos, limitados a su vida fértil, que puede ser algo más de 20 años, de modo que a lo sumo pude gestar y dar a luz poco mas de 20 cuerpos. Las mujeres que gestan nuestros cuerpos emocionales, lo hacen desde el plano astral, estas pueden gestar y dar a luz muchos más cuerpos emocionales, del orden de miles o cientos de miles. Somos cientos de miles de personas que tenemos una misma madre en el plano astral. Y nuestro cuerpo mental inferior lo gesta y da a luz nuestra reina madre desde el plano mental, y que abarca prácticamente la totalidad de una civilización, de una cultura o de una comunidad caracterizada por un mismo proceso evolutivo. En nuestro caso quien está a cargo de ese proceso, para toda la comunidad occidental, fundamentada en la tradición cristina, es la que fue María Magdalena. Es nuestra madre y reina.

En nuestro nacimiento están presentes, dando a luz, las tres mujeres, pero, excepcionalmente, nuestra madre reina, puede gestar un cuerpo de luz, el que precede y es necesario para la iluminación.

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