Mis experiencias con una reina del cielo. Nuestra reina.

En una de sus encarnaciones fue María Magdalena, en esa ocasión vino como mesías, representando el principio femenino. Fue una propuesta para restablecer en aquella sociedad, y en nuestra raza, el equilibrio entre nuestro principio femenino y masculino.

El mesías no fue un individuo solo, tal y como la tradición nos presenta a Jesús, fue masculino y femenino, fue Jesús y María magdalena, a la par, por igual, y en perfecto equilibrio o protagonismo, lo que pasa que María Magdalena fue apartada de su papel por los seguidores de Jesús, para continuar así con el patriarcado de la ley judaica, fuertemente arraigado en aquella sociedad e incuestionable ante cualquier propuesta religiosa.

En ese momento evolutivo de la humanidad, el mesías, representando el principio masculino y femenino, se presenta como una oportunidad para restablecer el necesario equilibrio, para restablecer lo que se dio en llamar el paraíso, un sistema de gobernación aquí en la Tierra, de justicia, equidad y paz, regido por gente sabia y amorosa. Pero hemos podido observar que la cosa no ha sido así, la tradición judaica, arraigada fuertemente en el patriarcado, se perpetuo, traicionando así los 11 apóstoles el proyecto de Jesús. Su proyecto aquí en la Tierra, pero no el proyecto de Nuestro Padre-Madre para nuestra evolución, donde se incluyeron cambios fundamentales. Un renovado y potente impulso, que ha resultado en un gran avance evolutivo en estos 2.000 últimos años. A los ojos del mundo, o de sus seguidores en la época, la intervención de Jesús ha podido resultar en fracaso, pero en su conjunto, ha sido un enorme impulso evolutivo para la humanidad, del que María Magdalena fue y es parte fundamental de ese proyecto, y que a lo largo de este tiempo ha hecho una labor de presencia y acompañamiento fundamental.

Ahora, en su actual encarnación, he tenido el inmenso privilegio de conocerla ... descubrirla mas bien. No ha sido una tarea fácil para mí, para mi mente excesivamente materialista y escéptica, pero después de salvar muchas dudas y escepticismos, ha sido lo más valioso que me ha podido ocurrir, y creo que pueda ocurrir a cualquier persona. Bien es cierto que he tenido que romper moldes y prejuicios sobre las ideas y conceptos que tengo a cerca de lo que son altos iniciados, y cuando digo altos iniciados, en este caso, me estoy refiriendo a gente que están por encima de maestro ascendidos, de avatares, e incluso de budas o seres iluminados, y que han conquistado las más altas esferas y responsabilidades del Ser, invistiéndose de Su majestuosidad, y por tanto, son reyes en el cielo, creadores de mundos, de sistemas solares, de galaxias.

Las representantes, o portadoras del principio femenino, reinas, son mujeres que sus cualidades no van precisamente por ser manifestaciones de la luz del conocimiento, sino básicamente en preservar el principio creador, la magia creadora que somos todos, lo que entendemos como Santo Grial o Vasija creadora, que ocasionalmente la luz o principio masculino puede fertilizar para crear la realidad que nos rodea, los mundos, los sistemas de gobernación o herramientas sistémicas de evolución, pero quienes a la postre gestan, dan a "luz" y sostienen la vida, son las reinas del cielo.


Digo que no se caracterizan por ser divulgadoras del conocimiento, por cuanto no es ese su papel. Las mujeres que se consideran maestras, y que ejercen el papel de divulgar el conocimiento, en realidad no están manifestando el principio femenino, sino el masculino. Este es un aspecto importante que hemos de tener en cuenta y diferenciar, y que a mí, particularmente me ha costando entender, dado los conceptos que tenía preconcebidos sobre la figura y función de un alto iniciado, y así poder entender el papel que desempeña y cómo lo desempeña una reina del cielo, especialmente en su manifestación en el plano físico. En cuanto a las enseñanzas y conocimiento que nos puedan transmitir son muy escuetas y concisas, no son lo que podríamos entender como divulgadoras del conocimiento, pero en las cosas en que se pronuncian, son claves para desarrollar nuestro conocimiento, son referencias fundamentales que pueden servir para profundizar y obtener conclusiones, que a la postre, son grandes revelaciones, pero no son enseñanzas que fluyan de ellas como acostumbramos a ver que desarrolla un maestro espiritual. La labor que desarrollan, o sus campos específicos de manifestación (iremos viendo más detalles en adelante) básicamente es irradiar la energía que sostiene este sistema. Crean y sostienen. Como una madre crea en su seno, da vida a un hijo y luego lo amamanta, ellas captan, interiorizan la información de los logos creadores, y la transforman en la realidad que nos rodea, es el contenedor que custodia la magia creadora que somos todos. Es decir, donde están ellas hay abundancia, prosperidad y vida, pero también, como preservadoras de la máxima aspiración del Ser, del amor incondicional, de ese amor al que todos aspiramos, proporcionan los medios, o sistemas para purificar y despertar nuestras conciencias. Osea, por encima de nuestro bienestar y logros materiales, están los más altos intereses del Ser, que pasa necesariamente por nuestra purificación y despertar.


Os pongo un ejemplo de cómo apreciar y valorar sus funciones aquí en la Tierra, y por tanto, poder aprovechar las excelsas dádivas que aportan tan solo con su presencia. Como he dicho, toma la información que recibe del logos, es fecundada en su seno, en la Vasija, y crea los sistemas que tenemos, tanto políticos, religiosos, etc. En este caso, su última dispensación ha sido la organización religiosa Testigos de Jehová. Esta organización lleva específicamente su sello, y una particularidad que le da un carácter especial de poder, es una organización económica Watchtower S.A. (torre de vigilancia, en realidad torre de poder. Magdala en arameo significa torre) a diferencia del resto de religiones, no es creada como organización religiosa, tal y como sus jerarcas la aplican, de ese modo, amputándole esa característica fundamental (en la que entraremos en detalle más adelante) se ha desvirtuado una idea, un principio, que se presentaba con un gran potencial de liberación, oportuna para estos tiempos del fin de este sistema. La cuestión es que aprovechando que se daba un acontecimiento importante en los Testigos de Jehová, como es, la Conmemoración, una celebración anual, donde se conmemora la última cena de Jesús, pues la invito a asistir a ese acontecimiento, cosa que acepta.


Para mí era como llevar un regalo a estas gentes, pues como digo, su simple presencia irradia energía y vida en su entorno, y en este caso, al proyecto que tanto anhelan de establecer el Reino de Dios en la Tierra. Cuando salimos del acontecimiento, le pregunto: -¿Que tal impresión?-, y me dice: - Veo patriarcado-.

Bueno, esta es una cuestión que no escapa a cualquier observador que minimamente sepa de esta organización, pero ella, que es la primera vez que contacta con este grupo (físicamente), y sin conocer de ellos mas qué lo que en ese momento percibe a nivel energético (o planos mas sutiles de percepción), simplemente me dice: -Veo patriarcado-

Bien es cierto que el esquema general de esta organización es de patriarcado, pero para mí es una cuestión menor, pues en realidad no es un patriarcado estricto o riguroso, donde se margina a la mujer de todo derecho. Si bien, el protagonismo es del hombre, el patriarcado que se ejerce es muy ligero, podríamos decir a titulo formal o simbólico, pero para nada menoscaba derechos fundamentales de la mujer. Nada que ver con el patriarcado que se ejerce en otras concesiones religiosas o en otros tiempos. Por lo tanto, no podía considerar esta una cuestión relevante, me parece mas importante los logros alcanzados en las mejoras en las cualidades de las personas, en sus actitudes amorosas, honestas, de hermandad, alcanzadas gracias a esta dispensación religiosa, y es lo que a mí especialmente me atrae de esta organización, cosa que le señalo como más relevante, pues no en vano fue el objetivo fundamental de Jesús: 'Que nos amaramos los unos a los otros'. Sin dejar de reconocer esta cuestión, ella me dice: -Efectivamente, percibo buena armonía, hay una autentica fraternidad, nada de hipocresía-. Esta última observación me parece sumamente importante por que no en todas las confesiones religiosas, de otras tendencias ocurre, y añade concluyendo: - Pero, veo patriarcado- ... Umm, que me diga por segunda vez que hay patriarcado, como condicionando todo lo demás, esto ya me pone a pensar.

Como vengo diciendo, ella es parca y concisa en palabras, y por tanto, hay que estar especialmente atentos a las pocas cosas en las que se pronuncia, y de ese modo, cuando le damos la relevancia que tiene, es lo que nos puede llevar a una importante revelación. En el caso, esta "revelación" me abochorna un tanto, pues la he tenido en las narices un buen tiempo, y no era tan difícil descubrir.


A pesar de haber investigado en Génesis (la Biblia) en lo que hace referencia a este asunto, se me pasa desapercibido lo más elemental y fundamental, y es que con patriarcado no hay paraíso. Da lo mismo que sea un patriarcado ligero, simplemente testimonial o simbólico, si no conseguimos rescatar el papel y protagonismo de nuestro principio femenino, nunca será posible el Reino del Cielo aquí en la Tierra, y ese es el camino que ahora, nuevamente, ha venido a mostrarnos nuestra reina. Un camino que ya inició en su momento encarnando el principio femenino del mesías con el nombre de María Magdalena (Torre de Poder)

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