Como nos despierta nuestra Madre Reina. La Joya de su Corona.

(leer los artículos de abajo arriba, de mas antigua a mas reciente)

En primer lugar hemos de saber, reconocer que estamos dormidos. Va a ser difícil despertar si no reconocemos en primer lugar que estamos dormidos, o que estamos viviendo un sueño. Mientras no exista este reconocimiento, mientras estemos conformes en este sueño y lo aceptemos como realidad, es imposible poner la atención en el propósito de salir del sueño, y hacer el esfuerzo final de despertar.

Se trata pues de saber que estamos en un sueño, no de pretender percibir el sueño como sueño, esto último es imposible. Sentir que estamos soñando dentro del sueño no es posible, es cuando nos despertamos del sueño que nos damos cuentas que estábamos soñando. Cuando nuestro cuerpo físico duerme y sueña, estos sueños se viven con todo su realismo, nadie en el sueño piensa que está soñando, simplemente lo vive como una realidad, y es cuando nuestro cuerpo físico despierta que entonces nos damos cuenta que estábamos soñando. Pero despertar el cuerpo físico no significa que hemos despertado a la realidad, sino simplemente a un sueño superior, de mas realismo, pero no por eso deja de ser un sueño.

Que en el cuerpo físico estamos viviendo un sueño lo descubrimos cuando morimos. Cuando nuestro cuerpo físico muere entonces nuestra alma despierta o regresa a un sueño superior. Entonces descubrimos que aquí, en la materia, estábamos soñando, que toda esta vida no ha sido mas que un sueño. Pero no quiere decir por eso que, la vida en nuestro “cuerpo alma” sea la realidad última, simplemente es un sueño superior, de mas intensidad y realismo que este que vivimos en la carne, pero igualmente no deja de ser un sueño. Así en toda nuestra evolución desde la inconsciencia mas absoluta hasta nuestro despertar definitivo, vamos ascendiendo, creciendo de sueño en sueño, estos cada vez mas reales, cada vez mas intensos y mas prolongados, pero siempre sueños, hasta alcanzar nuestro despertar definitivo.

Estar plenamente despiertos es alcanzar la visión, perfecta visión de la realidad única que somos. Hasta llegar a ese estado, siempre hemos estado soñando. Nuestra consciencia hasta ese momento se ha venido valiendo de vehículos concienciales de manifestación, en los que nos vamos viendo así mismo reflejados, cada vez más vividos, más potentes, y así vamos despertando, hasta que nuestra consciencia es suficiente por si misma, se reconoce así misma sin ningún medio reflexivo, donde reflejarnos para vernos, más que el propio ser en si mismo. De ese modo la consciencia de ser, el yo soy, es suficiente en si mismo para verse, e ilumina todo lo que somos, la realidad única, lo absoluto.

La realidad no se puede atestiguar más que así misma. En ese sentido te das cuenta que solo tú existes, que el universo es imposible sin ti, y que tú eres el soberano del universo. De modo que, desde nuestros primeros pasos en en nuestro largo camino de despertar, desde átomos, hasta llegar al buda perfecto, vamos de sueño en sueño. Todos soñamos: los minerales, los vegetales, los animales, los humanos, todo tipo de almas o espíritus sueñan, cada vez sueños más vividos, más intensos, más prolongados, hasta que despertamos a la realidad única, a lo absoluto, al eterno ahora.

Nuestra Madre Reina nos proporciona los vehículos de despertar. En este sueño físico, la intensidad o rapidez de nuestro despertar van en relación a la intensidad de sufrimiento que nos provee esta experiencia. El dolor y el sufrimiento son los elementos que más aceleran nuestro despertar, por eso, el universo físico (3D) es básicamente sufrimiento y conflicto emocional, está creado para intensificar nuestro despertar. Y los seres superior,..( en realidad, quienes nos llevan delantera en el despertar, pues no hay seres superiores) a pesar del amor que nos profesan, tienen que aceptar esos procesos de despertar a través del sufrimiento. Pero a pesar de eso, no hay dicha mas plena para un ser despierto que acompañarnos en nuestro despertar, conquistar juntamente los inefables estados del ser, sus más elevadas estancias de amor, de belleza y plenitud, hasta alcanzar la conciencia única que somos todos.

Las madres reinas son quienes están más cerca de nosotros en ese proceso. Eso trae consigo que erroneamente se identifique con entidades oscuras, o con los procesos de control y sometimiento a la humanidad. Es fácil ver en la devoción a una reina del cielo, la mano siniestra de quienes manipulan y someten la humanidad para sus intereses, por cuanto ellas son quienes proporcionan los elementos sistémicos que nos tienen sometidos, y que nos procuran las guerras, la opresión, la esclavitud, las enfermedades etc. Hemos de tener en cuenta que, nada ocurre si nosotros individual o colectivamente no lo hemos creado. Los sistemas, órdenes o grupos de poder esclavizantes, incluso las razas venidas de fuera que nos esclavizan, simplemente lo que hacen es reunir ese sufrimiento que nosotros individualmente generamos, lo gestionan en sus intereses egoísta, pero en realidad están gestionando nuestro propio karma. Si bien ellos tienen el propósito de esclavizarnos, en realidad forma parte de un proceso de despertar y por tanto de liberación. En definitiva, estas entidades oscuras está a nuestro servicio.

Detrás de cualquier ser que ha trascendido la materia y los planos de aprendizaje y despertar, hay un genuino e inmenso amor hacia la humanidad, y quienes ejercen como madres, ademas, tenemos de ellas, la mayor entrega y los frutos inmediatos del amor incondicional. Ellas están muy cerca de nosotros y nos facilitan e impulsan enormemente nuestra liberación y despertar.

Lo que os voy a contar a continuación, es una información que no tengo contrastada en algunos aspectos, es todavía una hipótesis para mí, pero puede ser ejemplo para irnos aproximando a la idea que trato de expresar:

María Magdalena cuando es coronada por primera vez bajo de la cruz, lo es en primer grado, entonces la corona no llega a ser una corona cerrada, es mas parecido a una diadema. Ahora, después de su segunda iniciación como reina, la corona es completa, cerrada, y esto ha dado lugar en su centro a contener una joya. Hemos dicho que, desde el primer momento, es portadora o preservadora del Santo Grial o Vasija creadora, donde en primer lugar se creo, o vitalizó el cielo sobre la tierra, el plano mental del planeta, del cual Jesús es regente, y a partir de entonces, ella quedó con nosotros (en el plano astral del planeta), y nos ha venido proporcionando los elementos sistémicos de crecimiento, purificación y despertar. Los cuatro caballos. Ahora, en esta nueva etapa, un sector muy importante de la humanidad, el que ha venido capitaneando, se están concluyendo todos los procesos kármicos, tanto individuales como colectivos, ya no hay necesidad, ni tiene sentido mantener este sistema, y a partir de ahora su participación en nuestro proceso de despertar es neta y directamente despertarnos, provocar abruptamente nuestro despertar y de forma masiva, y de ese modo elevar a la humanidad a su trascendencia. Esa es la función de la joya de su corona.

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